domingo, 3 de enero de 2010

Universo Juliana

Gracias a Dios que ella existe. Y aclaro que no soy creyente y que las veces que el tiempo me gratifica de alguna manera, suelo decir "Gracias al cielo" o "Gracias a la vida", pero es que Juliana me provoca eso, de querer creer en algo, me inspira fe, me revoluciona y tiendo a creer que hay algo más, que solo una fuerza superior puede crear algo tan perfecto como ella. Tiene dos pechos como frutos maduros a punto de reventar y siempre estoy dispuesto a correr hacia la explosión y alimentarme con el elixir de la vida, con lo que brote de aquellas grietas. Esos pechos que rebotan que se expanden, se contraen, se desparraman sobre ella misma cuando se acuesta boca arriba y me hundo, me hundo justo ahí donde hay un espacio reservado para mi. Morir de asfixia, solo pido eso. Matame Juliana, convetime en un martir, un luchador de las causas justas. Porque no existe mas justicia que darle a tu cuerpo lo que tu cuerpo merece, toda la gloria de una noche con luna. El amor en su maxima expresión cuando, como la vainilla que nacio para sumergirse en la leche a las cinco de la tarde, yo me sumerjo en vos a la madrugada y me desarmo, en tus piernas, en tu boca.
Y esas nalgas, esa cola. ¡Ese culo! Juliana es inocente, no sabe lo que tiene y por eso generosa lo entrega, entrega todo, por que es inocente y no entiende que toda ella es un tesoro que hay que guardar, esconder, proteger. A veces siento pena, siento culpa. El mundo esta ahí sin saber que dentro suyo, en su seno, Juliana se duerme y se despierta. Juega con su ombligo cuando se aburre y juega con el mio cuando el suyo no le alcanza. El mundo. Pobre mundo, con sus guerras y sus hombres malos y buenos, su miseria, sus porquerias, su mierda que apesta, apesta tanto que ya creamos inmunidad ante tanta peste.Por suerte para mi, Juliana no sabe nada del mundo y el mundo la ignora a ella y cuando todo apesta yo me abrazo a su perfume. Sus piernas infinitas me envuelven entero, me arrastran hacia el centro mismo de la locura y sobre mi, sobre mi termina ese forcejeo inevitable que provoca Juliana cuando esta llegando al cielo. Toda ella recae en mi pecho, transpirada, mojada, humedecida, evaporandose.
Jadeante, una Juliana jadeante, besa mi cuello. Como si fuera su propio sexo, besa mis orejas, las recorre con su pequeña lengua, se yergue una vez mas y comienza el decenso. Desde el cielo a los infiernos, Juliana eterna viajera, siempre turista, siempre extranjera. Matame Juliana, es lo unico que le pido, que me de el golpe final, con furia, con toda la furia que le invade el corazon, ese corazon que esta a punto de explotar y va cobrarse como victimas esos benditos pechos.
Voy a cubrir esa granada con todo mi ser, explotemos juntos Juliana. Se dobla, se dobla en mis brazos, casi hasta el punto de quiebre, sus hombros brillan, su frente gotea, sus piernas tiemblan, tiembla la cama y nos abrazamos fuerte hasta que el terremoto cesa. Y nos dormimos. Gracias a Dios que existe ella...